Así, en general, decimos: el haya (árbol), el águila, el agua, el hada, el aula.
Esto solamente sucede cuando el artículo va inmediatamente delante del nombre. Compara:
la frondosa haya, la erguida águila, la mejor agua, la afilada hacha y la perfecta aula.
Además, no sucede con adjetivos. Por ejemplo:
la alta montaña, la abigarrada escultura.
Tampoco sucede con nombres compuestos, como aguamarina o avemaría, decimos: la aguamarina y la avemaría
El resto de determinantes sigue la concordacia en género:
esta hacha, esa águila, aquella hada, poca agua, mucha agua.
Y nunca cambia el determinante en plural a masculino:
las hachas, aquellas águilas, muchas hadas, algunas aguas.
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Resumen y La regla general: Ante un sustantivo femenino que empieza con a- o ha- tónicas se emplean solamente los artículos el y un, siempre y cuando estos artículos precedan inmediatamente al sustantivo. Pero cuando entre el artículo y el sustantivo se intercala un adjetivo, se emplean la y una: la misma agua, la dulce habla andaluza.
Ejemplos
el agua clara
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las aguas claras
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un agua clara
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unas aguas claras
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el arma blanca
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las armas blancas
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un arma blanca
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unas armas blancas
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el hambre canina
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las hambres caninas
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un hambre canina
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unas hambras caninas
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el habla clara
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las hablas claras
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un habla clara
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unas hablas claras
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el hacha pesada
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las hachas pesadas
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un hacha pesada
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unas hachas pesadas
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el águila altiva
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las águilas altivas
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un águila altiva
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unas águilas altivas
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el ala blanca
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las alas blancas
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un ala blanca
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unas alas blancas
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el alma pura
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las almas puras
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un alma pura
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unas almas puras
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